Saber planificarse de manera efectiva es fundamental para poder alcanzar nuestras metas, tanto personales como profesionales. Por eso, a la hora de estudiar para unas oposiciones, este es un aspecto fundamental que puede separar el éxito del fracaso.La relevancia de la planificación radica en que dotamos a nuestro proceso de estudio de un principio y un final. Es decir, nos hace verlo como un proceso que no se alargará de manera indefinida en el tiempo y que, además, nos permitirá optimizar al máximo tanto nuestro tiempo como nuestros recursos.Para poder planificarnos de manera exitosa, debemos tener en cuenta desde cuando y hasta cuando vamos a estudiar. En este punto es importante que seamos realistas, ya que, de lo contrario, fallaremos y nos frustraremos. Por eso, para planificar bien, es importante determinar cuestiones como, por ejemplo, cuántos días a la semana le vamos a dedicar al estudio, cuántas horas al día y de qué manera vamos a emplear ese tiempo. Cuanto más precisos podamos ser en este sentido, mejor.

Cómo alcanzar nuestros objetivos en las oposiciones

Una vez decidido que queremos planificarnos para dar lo mejor de nosotros mismos, debemos poner en claro el tiempo que vamos a dedicar al estudio. Esto debe hacerse de una manera honesta y racional, sabiendo que no podemos exigirnos más de lo que podemos dar, pero también aprovechando el tiempo del que disponemos. Si conseguimos ser sinceros con nosotros mismos en este punto, estaremos cada vez más cerca de nuestro objetivo final.

Para hacer esto de una forma realista, es necesario contabilizar primero cuántas horas al día tenemos bloqueadas con el trabajo, las tareas domésticas, los recados, los compromisos, etc. Estos nos dejará con una horquilla de horas disponibles para poder dedicarle al estudio. Por eso, no debemos intentar forzar y añadir horas a la planificación de las que realmente no estamos seguros de que podamos disponer.

Una vez determinado el tiempo de estudio y reflejado en un planning realista, debemos pensar cómo vamos a saber que hemos alcanzado nuestros objetivos. Como en todo, no se trata de comenzar y llegar al final sin hacer ninguna reflexión de por medio, ya que esto hará que perdamos perspectiva y no sepamos en que punto nos encontramos. Una forma muy útil de atajar este punto es dividir nuestro objetivo principal en objetivos más pequeños, en metas más sencillas que podremos alcanzar en el corto plazo y que nos harán el camino mucho más ameno y gratificante. De este modo, podremos ser conscientes de nuestros avances y de en qué punto nos encontramos respecto al objetivo final. Además, si vemos que nos estamos desviando del camino, siempre podemos hacer pequeños ajustes que nos devuelvan a nuestra ruta.

Una vez hayamos establecido tanto los tiempos de estudio como los hitos que queremos conseguir, debemos comprometernos a cumplirlo. Esta es la única manera de conseguir lo que queremos. Con todo, también hay que ser benevolentes y saber que, si en algún momento no podemos cumplirlo al dedillo, no pasa nada. Todo el mundo tiene fallos e imprevistos. Lo importante es tener presente que preparar unas oposiciones es una carrera de fondo, que habrá días mejores y días peores, días más productivos y menos productivos, pero que siempre existe la opción de corregir y ajustar el planning y, sobre todo, que pequeñas desviaciones en el cumplimiento de la planificación no empañan todo el esfuerzo que se está realizando.

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