Opositar a lo que más te gusta es un incentivo potente para mantenerse motivado durante todas las horas de estudio que vas a dedicar a prepararte para la oposición. Sin embargo, también puede suceder lo contrario: si no estás plenamente convencido de que aquello a lo que quieres opositar te apasiona, el camino puede convertirse en algo tedioso que te mantenga desmotivado y te impida rendir adecuadamente.

Además, una vez que hayas conseguido esa plaza que tanto deseabas, puede que te topes con alguno de los inconvenientes que conlleva trabajar para la administración, especialmente, en aquellos casos donde no estás seguro de si quieres dedicarte a aquello para lo que has opositado. Por ejemplo, es posible que debas mudarte a otro lugar durante meses o años, que no puedas acceder a una promoción interna en el periodo que tenías previsto, encontrarte de un entorno rígido con normas muy establecidas, tener que responder constantemente ante tus superiores, no contar con compañeros motivados, trabajar con ciudadanos que carecen de educación y muchas más cosas que, en mayor o menor grado, te desmotivarán.

Con todo, muchas de estas cuestiones las vas a encontrar tanto si opositas como si trabajas en la empresa privada. No se trata de huir de estas realidades, se trata de elegir aquella carrera que más te gusta para que estos inconvenientes te afecten lo más mínimo. Lo más importante es, sin duda, dedicarte a algo que te apasione, porque cuando esto sucede, sólo te puede ir bien.

Para poder asegurarte de que vas a tomar la decisión correcta, hay varias cosas que puedes hacer previamente:

  1. Habla con gente que haya aprobado la oposición a la que te quieres presentar para que te cuenten cómo es su día a día. De este modo tendrás acceso a información de primera mano sobre cuáles son las tareas a desempeñar, cómo es el día a día y cuáles son las impresiones de esa persona con experiencia en el puesto al que aspiras.
  2. Habiendo recopilado toda esta información, debes ser honesto contigo mismo y preguntarte sí te convence, si te ves a ti mismo realizando ese trabajo, si hay algo que no te gusta, si preferirías otra cosa. ¡Respóndete con sinceridad!
  3. Haz un pequeño ejercicio de investigación por tu cuenta para conocer en detalle el cuerpo al que quieres opositar. Busca cosas como, por ejemplo, si existen posibilidades reales de crecimiento profesional, cuánto tiempo te puede llevar regresar a tu ciudad de origen, qué salario vas a percibir, si es un entorno conflictivo o no y demás.
  4. Confía en lo que tu intuición te está diciendo. Razona toda la información que tienes, pero también fíate de tus sensaciones y sentimientos. Al fin y al cabo, se trata de encontrar un camino que te guste, que te aporte seguridad en laboral pero también confianza en ti mismo, y que encaje en tu estilo de vida.

Es importante que realices este ejercicio antes de proponerte opositar, pues al final puede que acabes invirtiendo tiempo y esfuerzos en algo de lo que no estás convencido. ¿Cómo puedes asegurarte en último término de que estás tomando la decisión correcta? Porque cuando comiences a preparar la oposición, aunque haya momentos de tedio, de nerviosismo y de desánimo, sabrás que lo que estás haciendo vale la pena.

En este artículo te hemos contado cómo saber si una oposición es para ti. Si ya te has decidido, en Udeka ponemos a tu disposición las mejores academias para preparar oposiciones, donde encontrarás los temarios más actualizados y, además, podrás formarte de la mano de grandes profesionales con experiencia en el sector. ¿A qué estás esperando? ¡Deja que te ayudemos!